lunes, 1 de junio de 2009

Judo: una filosofía recomendada


Foto: Fabián Ramiréz (azul) en Juegos Paralímpicos de Beijing, China 2008.

Por Martín F. Casal

Son las características del Judo las que posibilitan que las personas ciegas y deficientes visuales puedan practicar este deporte, sin necesidad de materiales adaptados u otro tipo de ayudas específicas. Los deportistas ciegos o de baja visión tiene actualmente muchas oportunidades de competir en múltiples eventos locales, nacionales e internacionales. Ningún deporte se ajusta mejor que el Judo para que las personas con discapacidad visual compitan con atletas videntes en las mismas condiciones.
La percepción visual no es la principal fuente de información para un Judoka, sino la percepción táctil y kinestésica (que es la capacidad de utilizar y controlar el propio cuerpo para realizar movimientos, manipular objetos, construir cosas o expresar sentimientos).
El sentido más importante para la práctica del Judo es el equilibrio, ya que lo que se busca en Judo es el desequilibrio para proyectar, inmovilizar o luxar. A través del agarre estamos recibiendo constantemente información de la posición del cuerpo y de las posibles intenciones del adversario. Un claro ejemplo de esto se produce en Judo suelo, cuando está boca abajo o a "cuatro patas" y el adversario se encuentra encima de uno, de tal manera que no puede verlo; sin embargo, ello no impide seguir trabajando con toda normalidad, ya que gracias a la percepciones táctiles que recibe a través de su agarre conoce su posición e intenciones.
El espacio de combate es una superficie lisa, plana, uniforme, blanda; sin ningún tipo de obstáculo, agujero o situación que pueda representar un peligro para los invidentes. El espacio motriz (la distancia entre oponentes) es nulo, ya que siempre están agarrados, evitando la posibilidad de que no se encuentren o se choquen. El área de competición es pequeña, 16 por 16 metros, por lo que el competidor podrá escuchar claramente las indicaciones de su entrenador, tales como hacia que lado girarse en la zona de seguridad para salirse fuera o no según convenga.
Las únicas diferencias con respecto al Judo convencional las encontramos en algunos aspectos del reglamento. Estas diferencias tienen como fin adoptar ciertas medidas de seguridad.
El Judo para ciegos pertenece a la IBSA (Asociación Internacional de deportes para ciegos). El reglamento se basa en ciertas adaptaciones de las reglas de la IFJ (Federación Internacional de Judo). Las diferencias con el Judo convencional son que los deportistas son guiados por los árbitros hasta la zona de combate, donde realizan el saludo, tras el cual los Judokas se acercarán y adoptarán una posición de agarre. Seguidamente los contrincantes bajarán los brazos y el árbitro anunciará "hajime", para dar comienzo al combate. Durante todo el combate, el árbitro deberá asegurar que los contendientes estén siempre al alcance de sus respectivos brazos.
En marzo de 1982 la IBSA aprobó el método universal de clasificación de categorías que es el siguiente:
B1: desde la ausencia de percepción luminosa en ambos ojos hasta la percepción de luz, pero con incapacidad para reconocer objetos o siluetas.
B2: capacidad para reconocer objetos o siluetas hasta una agudeza visual de 2/60 y/o una limitación del campo visual a 5 grados.
B3: agudeza visual de entre 2/60 y 6/60 y/o campo visual entre 5 y 20 grados.
Utilizando esta subdivisión en tres clases, se consigue un buen equilibrio entre participantes en las competiciones deportivas, aunque no puede considerarse perfecta ni permanente dado que, obviamente, siempre encontramos casos límite que son más difíciles de clasificar.
La práctica del Judo por parte de los deportistas ciegos está en constante evolución. De tal modo es así que en 1988, en su debut en las Paralimpiadas de Seúl (Corea), participaron solamente 9 naciones con un total de 37 Judokas; sin embargo, en las últimas Paralimpiadas celebradas en Atenas (2004), han participado 32 países con un total de 113 Judokas, y es en éstas donde por primera vez participan Judokas femeninas con deficiencia visual.

El “Tigre” Ramírez: un gran judoka argentino.

Fabián Ramírez, un santafecino de 32 años, perdió la vista a los 9 años. A los 18 se inicio en la práctica del Judo (1994). En 1995 se consagro campeón del Panamericano de deportes para ciegos. Seguido a esta victoria ganó la medalla de plata en las Paralimpiadas de Atlanta en 1996. Fue el primer judoka (de videntes e invidentes) y el primer deportista ciego de FADEC (Federación Argentina de Deportes para Ciegos) en traer una medalla paralimpica a Argentina.
En el año 1998, ganó el séptimo lugar en el mundial de deportes para ciegos. Entre 1998 y 1999 siguió obteniendo más títulos a nivel nacional e internacional.
Finalmente llegó al punto de su vida donde todo el esfuerzo que había realizado a lo largo de su carrera le valió el premio más importante: en el año 2001, obtuvo el primer puesto en la Copa del Mundo de Judo para Ciegos y Disminuidos Visuales disputada en Brasil.
Sin descansos y con muchas esperanzas de seguir creciendo con su importante carrera en el judo, siguió entrenando duro y compitiendo a nivel nacional e internacional. En 2003 compitió en el mundial de Quebec, Canadá; en 2004 en los Juegos Paralímpicos de Atenas, en el 2005 fue al Mundial en Brasil, obteniendo dos medallas de plata. En 2006 participó en el Mundial de IBSA, en Francia y obtuvo el quinto puesto que lo ayudo a sumar un buen puntaje para la clasificación de los juegos Paralímpicos de Beijing 2008, China, donde victorioso volvió a Argentina con una medalla de Bronce.
Fabián trabaja en la imprenta de la Biblioteca Argentina Para Ciegos y es responsable de todas las publicaciones Braille que se producen allí (¡sí!, también Mundo Relieve), y entre charlas y más charlas nos contó:

“El alto rendimiento no es para cualquiera. Es un gran compromiso, entrenas de lunes a sábados y tenés que cuidarte mucho. Yo siempre recomiendo a los chicos estudiar Judo porque es una disciplina fabulosa, tanto para el desarrollo del cuerpo físico, como también para el desarrollo mental. Eso si, es preferible estudiar desde el comienzo la filosofía del Judo, su historia, el porqué de los nombres y también los Katas, que son formas preestablecidas de combate que se pueden practicar solo o en pareja. La práctica de ellas ayuda en la comprensión de las teorías básicas del Judo.
Quedé ciego a los 9 años y a los 18 empecé a practicar Judo, mi vida cambió para siempre. Para los invidentes es muy importante hacer deportes, ya que nos estimula mucho físicamente y sobretodo es nos ayuda a madurar mental y espiritualmente”.

Fabián Ramírez es un gran deportista, una gran persona y, sobre todo, un ejemplo de disciplina y perseverancia.

Uno de los centros más importantes de enseñanza de Judo para ciegos en Argentina, se encuentra a cargo del Sensei Yoriyuki Yamamoto y las clases se dictan en el club GEBA (Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires), ubicado en Bartolomé Mitre 1149, Capital Federal.

Más info:
www.cdeporte.rediris.es
www.clublanus.com

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